miércoles, 8 de julio de 2015

Para un Gen



Desde hace 50 años a esta parte
Han logrado recortarte y pegarte,
Colorearte para luego identificarte
En el cuaderno de la vida insertarte

Como a un sonido silenciarte o amplificarte,
Como a un periódico leerte y también editarte
¿Hoy te tocará duplicarte o borrarte?
Para la genética manipularte es un arte.

sábado, 4 de julio de 2015

Fe en el Placebo






Que una sustancia sea rotulada como inerte no necesariamente significa que sea inactiva o inútil postulan algunos creyentes. Aseguran que en cuestiones de salud una píldora que contiene placebo igual posibilita un encuentro terapéutico entre un médico y su paciente. Predican que la ausencia de un fármaco no es impedimento para que tenga lugar un complejo fenómeno biopsicosocial, que si bien no alcanza para curar, a veces basta para aliviar. Al igual que Hipócrates, padre de la Medicina, consideran a dicha tarea como algo no menor.

Esgrimen artículos publicados en revistas científicas y por eso confían en la liturgia médica. Ritos y símbolos de consultorio, que movilizan moléculas encargadas de trasmitir información entre neuronas. Destinadas a activar luego importantes áreas del cerebro de sus enfermos por ejemplo. Dopamina o endorfina por nombrar algunas, verdaderos neurotransmisores liberados por la empatía del médico tratante.

Saben bien los expertos que hay cosas que no se pueden curar con agua o azúcar. Un cáncer lamentablemente no retrocede con placebo, ni la obstrucción de un bronquio revierte en una espirometría. Ningún estudio por el momento ha demostrado la eficacia de un placebo a la hora de modificar los mecanismos que desembocan en una enfermedad. Tampoco son capaces de alterar la evolución natural de la misma. Entonces, ¿Cuál es el rol actual que le cabe al placebo? Ni más ni menos que el alivio de síntomas.

Con placebo una persona que padece Cáncer de Pulmón puede experimentar mejoría en síntomas incapacitantes -tales como fatiga o dolor- luego de haber fracasado a opciones que involucraban medicamentos empleados habitualmente en la práctica rutinaria. Según la evidencia científica disponible, algo similar ocurre en ciertos trastornos neuromusculares, gastrointestinales o urogenitales.

La puesta en juego de un placebo es mucho más que un acto de simulación que involucra píldoras o jarabes. Un reciente estudio comparó la eficacia de rizatriptan, un fármaco efectivo  para el tratamiento de la migraña, contra placebo. Casi como picardía los investigadores no tuvieron mejor idea que rotular al placebo como rizatriptan y a la sustancia inerte como el probado antimigrañoso. Los pacientes fueron divididos luego sin saberlo en dos grupos según el tratamiento administrado.

Aquellos que recibieron el placebo, engañosamente llamado rizatriptan, reportaron iguales reducciones del dolor que los que habían tomado verdaderamente el citado fármaco. En un segundo paso los investigadores intercambiaron los rótulos y dejaron todo de la manera correcta: Rizatriptan incrementó en un 50% su eficacia. Algo similar ocurrió en otros estudios con el analgésico morfina y el ansiolítico diazepam.

El que confía en un placebo sabe que su efecto no puede ni debe ser explicado, o confundido, con una remisión espontánea de síntomas, o con las fluctuaciones sintomáticas frecuentemente presentes en una determinada patología. Un placebo no es inactivo, a veces tampoco inocuo.

Abundan en la literatura médica pacientes que han reportado eventos adversos luego de la administración de un placebo. Lo citado es fácilmente palpable en el terreno de la investigación clínica. Allí según algunas estadísticas entre el 4 al 26% de los pacientes que sin saberlo reciben placebo optan por discontinuar un ensayo. Abrumados por eventos adversos que en realidad estarían vinculados al fármaco que se quiere estudiar. Los investigadores han llamado a dicha contingencia Efecto Nocebo y no dudan en coincidir que es un tópico que merece mayor investigación.

Los convencidos del Efecto Placebo valoran ese viejo aforismo que afirma que “los  médicos son capaces de curar algunas veces, aliviar frecuentemente y confortar siempre”.  Ted Kaptchuk, profesor de Medicina de la norteamericana Universidad de Harvard, parece ser uno de ellos. En la revista New England Journal of Medicine (NEJM) -uno de los púlpitos más prestigiosos e influyentes en cuestiones vinculadas a las salud humana- acaba de brindar su perspectiva. Palabras que en definitiva motorizaron este artículo hasta convertirlo casi en una traducción literal.

Kaptchuk desde allí aboga por nuevos estudios diseñados específicamente para evaluar la eficacia y seguridad  del placebo en diversas condiciones médicas. Busca obtener datos científicos valiosos, pero ya  no en el contexto de una investigación destinada a probar un nuevo antibiótico o un antihipertensivo. “Necesitamos saber de manera precisa cuándo, cómo, en qué dosis y con qué frecuencia  estas intervenciones pueden tener un efecto terapéutico benéfico”, sugirió en NEJM.

Para Hipócrates el alivio del dolor era tarea de los Dioses. Kaptchuck cree que todo médico aunque no pueda curar carga con la obligación de paliar el sufrimiento innecesario que en sus pacientes genera la enfermedad. Y si tiene que ser con placebo, una sustancia habitualmente subestimada y descalificada, por el bien de los enfermos no duda en peregrinar para que así sea.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Las rayas de la cebra




Las rayas de una cebra constituyen el aspecto más llamativo de la especie. Con tonalidades intensas o tenues, distribuidas por todo el pelaje o focalizadas en un sector. Según recientes hallazgos cumplen funciones vinculadas a la regulación de la temperatura corporal.

¿Por qué se rayó  la cebra se preguntan frecuentemente los científicos?  Si bien coinciden en que las rayas constituyen un mecanismo adaptativo, aún no logran definir bien que significan desde el punto de vista evolutivo. Para algunos estarían vinculadas con la evasión de predadores tales como por ejemplo el león. Según afirman algunos expertos  las  rayas permiten generar una especie de ilusión óptica que al modificar la percepción del tamaño, velocidad y trayectoria de la presa confunden al predador.

Otros creen que generan un efecto repelente, siempre útil contra molestas picaduras de tábanos. Algunos estudios dan cuenta  que en zonas en donde predominan estos insectos -que prefieren  para alimentarse las patas del animal debido a que en esa zona la piel es más fina- las cebras suelen tener rayas en las extremidades.

Thomas Smith, investigador del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de California, en tanto considera que uno de los principales estímulos para la aparición de las rayas es la temperatura del medio ambiente a la que está expuesta. En un artículo, publicado recientemente con un grupo de colaboradores en la revista Royal Society Open Science, logró determinar que a medida que el calor se incrementa  las rayas también ganan distribución y tonalidad.

Por medio de un modelo de simulación documentó que en aquellas zonas de África más cercanas a los trópicos las cebras lucían rayas más extensas  y definidas. Hacia el sur tendían a atenuarse y desaparecer. Por el contrario no encontraron ninguna correlación entre la presencia de rayas y encuentros con leones o tábanos en las zonas estudiadas.

El citado mecanismo de termorregulación ya ha sido propuesto en estudios anteriores. Surge de una hipótesis a confirmar: las rayas negras y blancas reaccionan de manera diferente frente al calor y generan un remolino de aire que desencadena luego un efecto enfriamiento.  A mayor contraste entre blanco y negro, mayor enfriamiento.


Si bien para Smith puede no ser el único mecanismo involucrado – las rayas únicamente en las patas del animal serian mejor explicadas por medio de su efecto repelente contra tábanos-  la termorregulación  luego de su aporte pasa a ser un mecanismo fundamental a la hora de explicar  por qué se rayó  la cebra.

Imagen: Flickr

viernes, 17 de octubre de 2014

Bangladesh: una sal amarga

 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Artículo publicado en Diario Siglo XXI. Trata acerca de la elevada frecuencia de complicaciones obstétricas, tales como preeclampsia, en Bangladesh y su relación con el cambio climático.
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/185775/bangladesh-una-sal-amarga

miércoles, 27 de agosto de 2014

El pulmón de Morón



Morón es un municipio de la provincia de Buenos Aires ubicado al oeste de la Capital Federal. Se trata de un gigante urbano con más de 321.000 habitantes repartidos en 55,6 km2. Con cuatro siglos de historia entre otras cosas aún abre y cierra persianas de comercios, fabrica diversos productos, dicta sentencias judiciales, cura enfermos y educa a niños. Por si fuera poco baja todas las mañanas la barrera para permitir el paso del Ferrocarril General Sarmiento y los miles de trabajadores que viajan rumbo a la Capital. Siempre inquieto y febril, trata de disimular eso de que los años no vienen solos.

No siempre lo logra. Desde hace algún tiempo  ha notado que por algunos de sus vasos circulan bajas concentraciones de oxígeno disuelto, elevados niveles de metales tóxicos como el cromo y también algunas desagradables bacterias fecales. Tiene un oído desgastado generado por años de ruidos molestos y también padece recurrentes cefaleas y distracciones producidas por contaminación visual. Su superficie, antes lozana,  en algunos sitios luce curtida por el depósito de diversos metales pesados. Completan el  preocupante síndrome dos pulmones negros derivados de decenios de exposición al incesante tránsito vehicular.

Como si fueran alvéolos

Aunque parece tener un pronóstico reservado, a Morón los especialistas le comentaron que apuestan a su recuperación. Confían en un tercer pulmón que tiene en el sur de la localidad de Castelar. Se trata de una Reserva Natural Urbana de 14,5 hectáreas inaugurada en 2012. Allí un frondoso follaje de árboles nativos tales como espinillos, ombúes, molles y talas dejan colar tímidamente el paso del sol por sus intersticios. Como si tuvieran verdaderos alvéolos, toman el dióxido de carbono presente en la atmósfera y devuelven oxígeno. Otras especies arbóreas exóticas como ligustros, laureles y robles contribuyen también al mantenimiento del equilibrio en el intercambio gaseoso y facilitan la absorción de los gases de efecto invernadero.

El pulmón de Morón no solo respira sino que aloja a una fauna autóctona de gran diversidad biológica representada por aves como el chimango o mamíferos como la liebre entre otros. También mitiga inundaciones y erosiones de los suelos, y por si no bastase preserva la memoria ambiental del gigante. Todos los días le recuerda como lucía de joven, mucho tiempo antes de emprender tantas actividades.

Terapia regenerativa

Los senderos de la Reserva además educan y entrenan a células de todas las edades que por ahí transitan. Por medio de caminatas, visitas guiadas, talleres ecológicos, avistaje de aves y espectáculos infantiles palabras como desarrollo sostenible y conciencia ambiental cobran sentido. Los especialistas saben que dichas células tienen la capacidad potencial de devolverle al gigante el oxígeno perdido de sus vasos y la tersura de su superficie. Desde hace tiempo conocen también que los gigantes no son individuos sino sistemas interactivos compuestos por seres vivos. Entre ellos personas con gran capacidad regenerativa.

martes, 19 de agosto de 2014

De niños y trasplantes renales





En los últimos quince años el trasplante de riñón en niños ha evolucionado de tal manera que su indicación en la actualidad genera  menos complicaciones en comparación con los adultos que reciben dicho órgano. Algo que no fue siempre así,  y al que se llegó entre otras cosas gracias a un perfeccionamiento de cuestiones técnicas vinculadas a la cirugía y a un mayor entendimiento de la inmunología pediátrica.

Un niño no es un adulto en miniatura suelen decir los pediatras.  Coincide Vikas R. Dharnidharka, médico de la universidad norteamericana de Washington, en una revisión de trasplante renal pediátrico publicada recientemente en la revista New England Journal of Medicine. Para Dharnidharka,  si bien tanto adultos como niños comparten  parámetros de control  clínico, y hasta medicamentos antirechazo, la  especialización en el manejo ha sido responsable del rédito.

Diferentes enfermedades renales

Las patologías que llevan a un niño a diálisis y trasplante renal no suelen ser las mismas que ocurren en la población adulta. Diabetes e hipertensión arterial lideran las estadísticas globales en adultos, mientras que las malformaciones congénitas  y en países como Argentina el  Síndrome Urémico Hemolítico –un cuadro desencadenado por una infección bacteriana- cobran mayor peso entre los infantes.

La  profundización en el conocimiento de la evolución de dichas patologías ha permitido a los médicos determinar  el momento oportuno para recomendar un trasplante renal. Un niño con enfermedad renal avanzada o terminal  suele ser un paciente con una marcada disminución en la calidad de vida. Con alteraciones en varios sistemas, trastornos en el desarrollo y pérdida de la autoestima. Un riñón sano  recibido a tiempo logra retrotraer en gran medida dichas complicaciones.

Inmunología pediátrica

La inmunología es una disciplina de la medicina que cobra vital importancia durante el proceso de trasplante renal.  Numerosos estudios dilucidaron  cuestiones tales como la preferencia de edades más tempranas de los receptores para aminorar las posibilidades de rechazo inmune o la necesidad de que los infantes tengan completo el calendario obligatorio de vacunación antes de la cirugía. Las vacunas minimizan el riesgo de aparición de infecciones graves  desencadenadas por la obligatoria inmunodepresión posterior  al trasplante.

El progresivo desarrollo de medicamentos  inmunosupresores – aquellos que inhiben el sistema inmunológico con la finalidad de evitar un rechazo del órgano-  ha sido desde un comienzo central en el éxito de esta práctica.  El mayor conocimiento de mecanismos de acción, del comportamiento de los fármacos en su paso por el organismo, también de interacciones con otros medicamentos y reacciones adversas,  ha permitido diseñar esquemas de tratamiento ajustados a la población pediátrica.

Según algunas estadísticas el porcentaje de niños con rechazo agudo –dentro del primer año postrasplante-  ha caído gradualmente desde un 55% a fines de los ochenta en países desarrollados. Actualmente el 10% de los que reciben un riñón de un donante vivo experimentan un rechazo agudo en esos países. En la población pediátrica el rechazo agudo suele ser predictor de rechazo crónico y de pérdida del injerto renal.

Cirugía en evolución

Por el lado de la cirugía los avances también han sido notorios. Como resultado: nuevas técnicas quirúrgicas con donantes vivos o cadavéricos  y procedimientos  con menos complicaciones postoperatorias. Por ejemplo la factibilidad de no depender estrictamente de una compatibilidad de tamaño renal entre donante y receptor ha permitido incrementar el número de donantes. También por supuesto disminuir los tiempos en lista de espera para trasplante de órganos.  

En la Republica Argentina según  el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) existen cerca de 30 centros en donde se realizan trasplantes renales pediátricos. Se encuentran  distribuidos en Buenos Aires y varias provincias argentinas. El último en sumarse a la lista en julio pasado fue un centro de Mar del Plata. Allí Tobías, un niño de  8 años, por fin dejó de ver tres veces por semana a la máquina de hemodiálisis.  







domingo, 3 de agosto de 2014

Cinco recomendaciones para aquellos que no tienen bazo



El bazo es un órgano que hace las veces de reservorio de sangre y está situado en la cavidad abdominal de los seres humanos. Cumple con funciones importantes tales como la destrucción de glóbulos rojos obsoletos y la defensa inmune frente algunos gérmenes específicos. Situaciones como traumatismos, enfermedades de la sangre o malformaciones congénitas pueden desembocar en una inevitable y salvadora extirpación quirúrgica  -esplenectomía- o  bien en una alteración en su funcionamiento.  Sin el bazo, o con asplenia, la vida continúa. William Schaffner, médico de la universidad norteamericana de Vanderbilt, publicó una revisión del tema en el último número de la revista médica New England Journal of Medicine (NEJM). Aquí cinco recomendaciones para aquellas personas que pasan por tal situación:

1)Solicite a un médico que le indique vacunas contra ciertos gérmenes.
Existen algunas bacterias tales como el Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae tipo b (Hib) y la Neisseria meningitidis que habitualmente en el bazo la pasan mal. Vehiculizadas por la sangre no logran sortear el operativo cerrojo propuesto por este órgano y suelen sucumbir ante la respuesta inmunitaria desencadenada por anticuerpos. En situaciones de asplenia se debe recurrir a vacunas si se quieren evitar neumonías, meningitis o infecciones generalizadas. También está indicada anualmente la vacunación antigripal, dado que el virus Influenza puede predisponer a la aparición de infecciones bacterianas por Staphylococcus aureus.

2) Siempre que presente fiebre consulte precozmente al médico y avise que tiene asplenia.
No se deje estar. El aumento de la temperatura puede ser un indicador de alguna infección bacteriana subyacente. Son numerosos los estudios científicos que dejan en claro que el inicio temprano de antibióticos mejora el pronóstico y evolución de diversas enfermedades generadas por bacterias.

3) Pida algunas pautas de manejo inicial en caso de que no pueda llegar de manera rápida a una consulta médica.
Ante un cuadro febril en un paciente asplénico lo recomendable es que reciba atención médica dentro de las dos horas de iniciado el cuadro. Algo no siempre factible. En dicha situación contar con algún antibiótico prescripto previamente para tal fin por un médico puede ser de utilidad. Permite un inicio temprano de la antibioticoterapia, pero de ningún modo suplanta la consulta posterior al facultativo.

4)  No minimice episodios como mordeduras de perros o picaduras de garrapatas.
Los animales citados pueden ser transmisores de bacterias que potencialmente generan complicaciones severas. El tratamiento antimicrobiano profiláctico minimiza los riesgos en pacientes que no cuentan con el bazo.

5)  Discuta con su médico las ventajas y desventajas de emplear antibióticos de manera preventiva.
Según la información aportada por NEJM, niños con asplenia menores de 5 años, pero también aquellas personas que -independientemente de la edad- se encuentran dentro de los 2 años  posteriores a una esplenectomía o sufrieron complicaciones graves, como infecciones generalizadas, pueden beneficiarse con la puesta en marcha de una profilaxis antibiótica. Las decisiones deben ser individualizadas y el asesoramiento de un profesional aquí es vital.

A pesar de la asplenia la vida sigue. Con menos complicaciones médicas, más tranquila y previsible si se tienen en cuenta las recomendaciones brindadas por Schaffner.