martes, 14 de febrero de 2012
El cigarrillo electrónico
Bitacora Suite.101: Artículos de otro espacio y tiempo para un mundo curvo y circular.
La tecnología ha estado sin dudas vinculada en gran medida al progreso, salud y bienestar de las personas. Con sólo pensar en la rueda o en los medicamentos, se puede fundamentar la anterior afirmación. Pero lamentablemente, también existieron a lo largo de la historia otros desarrollos tecnocientíficos que transcurrieron con tonos grises. Según los expertos, uno de los últimos lanzamientos que podría engrosar dicha lista se llama cigarrillo electrónico.
El dispositivo
El cigarrillo electrónico suele estar hecho de acero inoxidable y se parece a un cigarrillo de verdad. Puede o no contener en su interior un cartucho recambiable con nicotina líquida en diferentes concentraciones y viene alimentado por una batería recargable. El usuario da caladas como si se tratara de un cigarrillo común, pero no lo enciende.
Al inhalar a través del dispositivo, el flujo de aire es detectado por un sensor. Un microprocesador pone en funcionamiento una especie de nebulizador que inyecta pequeñas gotas de líquido para vaporizar agua o nicotina. El microprocesador activa también un diodo emisor de luz, generalmente de color naranja, ubicado en la punta del aparato que permite simular aún más el real acto de fumar.
Marketing y negocios
Desde su diseño en China en el año 2004, el cigarrillo electrónico paulatinamente ha sido puesto a la venta en diferentes países del planeta. Los fabricantes promocionan su producto como una alternativa saludable al viejo conocido habito de fumar. Algunos hablan de su inocuidad porque refieren que no contienen los numerosos agentes químicos nocivos, tales como el alquitrán entre muchos otros, presentes en el cigarrillo convencional.
Mientras que otros comerciantes más osados, van más lejos y lo publicitan como un método eficaz para aquellos fumadores que buscan dejar el tabaco. Se ve que en parte la estrategia les fue fructífera, ya que sólo en el año 2006 una de las principales empresas involucradas en su desarrollo reportó ventas por la friolera suma de 127 millones de dólares norteamericanos.
La inocuidad ya fue puesta en duda
En julio de este año la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), luego de un detallado análisis de laboratorio de los cartuchos de dos de las marcas más conocidas, divulgó que fue posible detectar entre sus componentes dietielenglicol. El hallazgo del compuesto químico, utilizado frecuentemente en la industria como anticongelante, dejó helados a los científicos ya que están claramente demostradas sus propiedades cancerígenas.
Aquellos que refieren contener sólo nicotina pueden también no ser saludables y constituyen posibles causas de abuso de dicha sustancia. "La nicotina, liberada en ciertas cantidades, puede producir efectos tóxicos, adictivos y psicológicos, y no está regulada la cantidad de nicotina que emiten estos productos", advirtió el doctor Fernando Verra, presidente de la Asociación Argentina de Tabacología (ASAT), en un reportaje concedido en octubre del 2009 al diario argentino La Nación.
Fuera de control
La FDA es una agencia prestigiosa encargada de aprobar y regular aquellos medicamentos y alimentos eficaces y seguros para el consumo humano en los Estados Unidos. Pero debido a que los cigarrillos electrónicos no son considerados medicamentos ni alimentos, ninguna de las empresas que los comercializan ha enviado para su aprobación y evaluación los dispositivos.
Es imposible por lo tanto para los científicos determinar cuestiones básicas como el nivel de nicotina liberado o las concentraciones y tipos de compuestos tóxicos existentes en las diferentes marcas. Es por ello, que instan a médicos y consumidores a denunciar, ante las autoridades competentes, cualquier reacción adversa que pudiera estar vinculada a su uso.
Dejar de fumar
Para que un fármaco que busca facilitar la finalización de un hábito tan nocivo como el tabaquismo salga a la venta requiere demostrar, luego de numerosos estudios experimentales en progresivas fases de investigación, dos propiedades vitales tales como su seguridad y su eficacia. Es en definitiva el camino que recorrieron otros productos aprobados y disponibles en las farmacias que liberan cantidades controladas de nicotina tales como chicles, caramelos, parches o spray nasales.
Sin malentendidos
En tanto el cigarrillo electrónico no fue debidamente estudiado y es por eso que la Organización Mundial de la Salud (OMS)ya en septiembre del año 2008 sentenció desde su página Web que: ¨La OMS no dispone de pruebas científicas que confirmen la seguridad y eficacia del producto” y agregó que “los distribuidores deben retirar inmediatamente, de sus sitios Web y otros materiales informativos, todo aquello que pueda llevar a pensar que la OMS considera que se trata de una ayuda segura y eficaz para dejar de fumar”. Luego de transcurrido más de un año de ese reporte, las evidencias científicas que logren justificar su empleo brillan por su ausencia detrás de una cortina de humo.
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