viernes, 10 de febrero de 2012

El mercurio y su toxicidad en el medio ambiente



Bitacora Suite.101: Artículos de otro espacio y tiempo para un mundo curvo y circular.

En los últimos años el cambio climático se ha instalado como un tema de dominio público. En esta obra de no ficción, existen actores principales como las emisiones de dióxido de carbono, tramas confusas dignas del mejor thriller de suspenso, finales casi apocalípticos y al parecer también convidados de piedra como el mercurio.

El mercurio es un metal pesado, que en su forma pura se le conoce como mercurio elemental y suele adoptar un color blanco plateado característico. Pero también dicho elemento puede formar sales inorgánicas, al unirse con cloruros o sulfuros, o bien combinarse con moléculas de carbono y generar compuestos orgánicos. Si bien cualquiera de las tres fórmulas químicas presentes en el medio ambiente son tóxicas, existe una que inquieta un tanto más a los expertos y se denomina metil mercurio.

Origen del metil mercurio


El metil mercurio es un compuesto orgánico responsable de severos trastornos neurológicos en especies animales y en el ser humano. En el ecosistema suele tener dos orígenes diversos: uno de tipo antropogénico, es decir generado por el propio ser humano, en actividades industriales del caucho, plástico, pinturas, papel y también a partir de la combustión de basura, pastizales y de combustibles fósiles como por ejemplo el carbón.

Pero se destacan además fuentes conocidas como no antropogénicas entre las que se encuentran las emisiones volcánicas, los incendios forestales, las rocas como el cinabrio que contienen mercurio y la acción de algunos microorganismos en las superficies acuáticas.

Bioacumulación y biomagnificación del mercurio


Ahora bien, ¿por qué es tan temido el metil mercurio? La respuesta se resume en dos palabras responsables de sus efectos nocivos: bioacumulación y biomagnificación. La bioacumulación refleja la gran capacidad del compuesto, a diferencia de las formas inorgánicas, para atravesar barreras y acoplarse en diversos organismos.

Fundamentalmente ingresa por vía digestiva y, según los designios de la cadena alimentaria, en los medios acuáticos el fitoplancton, zooplancton, larvas de peces, peces de mayor tamaño, mamíferos y el hombre, acumulan paulatinamente metil mercurio en mayores concentraciones. Lo último relatado es lo que los científicos denominan biomagnificación.

De los peces, focas y belugas a los Inuit del Ártico

Un grupo de investigadores de la universidad canadiense de Manitoba, liderados por Gary Stern, pudo determinar que, en comparación con años anteriores, en el período comprendido entre 1981 y el 2007 existieron marcados aumentos en las concentraciones de metil mercurio en peces, focas y ballenas belugas que habitan los confines del Ártico.

También observaron cifras altas del metal en sangre y cabellos de la población de origen Inuit, quienes habitan las costas gélidas canadienses y se nutren básicamente de estos animales.

Todos a bordo, con destino al polo norte


En las últimas décadas las emisiones globales de mercurio se han reducido y las concentraciones atmosféricas, por ende, estabilizado, por lo que no deja de sorprender a los científicos que los niveles de mercurio existentes en cada uno de los integrantes de la cadena alimentaría del Ártico, hayan aumentado en forma considerable con el correr de los años.

Buscar la explicación a estas incongruencias, según relató la periodista científica Hannah Hoag en octubre del 2008 en la revista científica PLoS, es lo que llevo a investigadores tales como Feiyue Wang, también de la universidad de Manitoba, a desafiar temperaturas menores de 15 grados bajo cero y vientos de 30 nudos en una travesía a bordo de un rompehielos en pleno Mar de Beaufort.

¿Existe algún link con el cambio climático?

El material recolectado por Wang durante el “crucero” se encuentra aún en fase de análisis. Hielo, agua y peces brindarán información que permitirá armar el complejo rompecabezas del ciclo de mercurio. Las hipótesis de Wang, que coinciden con las de Stern, le adjudican, por un mecanismo no del todo dilucidado, un rol preponderante en el fenómeno observado a la progresiva desaparición de las capas de hielo marino que sucumben víctimas del calentamiento global.

Apocalipsis Now

No es la primera vez que se asocia al mercurio con fenómenos vinculados al cambio climático. Basta recordar que se ha demostrado que durante los episodios de incendios forestales, se liberan concentraciones elevadas de dicho metal a la atmósfera.

Según las predicciones, lamentablemente, deshielos e incendios serán moneda corriente en un futuro. Es por eso, que algunos científicos buscan no dejar nada librado al azar y prestan también atención a los actores de reparto de la escena climática.

Imagen: Striving to a goal. Flickr

No hay comentarios:

Publicar un comentario