martes, 17 de enero de 2012

Salven a las cefalosporinas



Que no se extingan las cefalosporinas, sin ellas las cosas muy diferentes serían. Sin ese grupo de antibióticos la recuperación de una enfermedad infectológica en la piel tendría un recorrido más tortuoso y una infección urinaria en una embarazada daría un mayor trabajo al obstetra. Ni que hablar de las peores consecuencias que una neumonía en un anciano desencadenaría.

Giusseppe Brotzu, un médico italiano, en 1945 relacionó la buena salud de los bañistas de las aguas contaminadas del golfo italiano de Cagliari con la acción de ciertos microorganismos productores de antimicrobianos. En 1948, aisló el hongo Cephalosporiun Acremonium, verdadera génesis de tres cefalosporinas denominadas C, P y N.

Luego en 1962 vino la comercialización de la cefalotina y posteriormente una proliferación de nuevos compuestos para usos terapéuticos, caracterizados en su mayoría por una baja toxicidad y un amplio espectro antibacteriano.

La selección natural ahora les patea en contra. Si finalmente desaparecen, una bacteria como el Staphylococcus aureus se dedicaría con más asiduidad a hacer un picnic sobre las heridas quirúrgicas. Un neumococo en los alvéolos pulmonares más días de veraneo se tomaría. Los microorganismos evolucionan y algunos desarrollan enzimas que inactivan a las cefalosporinas, otros se colocan un impermeable. No hay que negar que se las ingenian.

Pero dichos gérmenes en el uso irracional de los antibióticos encuentran inestimable ayuda. Las cefalosporinas no nacieron para flor de un día, pero mucho menos para ayudar al ganado y las aves de corral a convertirse en comida. "Usualmente, su uso generalizado en los animales para comida se lleva a cabo con el interés de prevenir ciertas infecciones en estos animales. Esas infecciones pueden a su vez retrasar el crecimiento de los animales, ya que combatirlas les cuesta energía”, comentó el doctor Pascal James Imperato, experto de la Universidad SUNY Downstate, situada en la ciudad de norteamericana de Nueva York.

También añadió que "sin embargo, el uso de estos antibióticos en animales también lleva al surgimiento de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos”. En la Administración Federal de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) están de acuerdo. La FDA recientemente por medio de un comunicado informó acerca de la prohibición de dicha práctica en el territorio del país del norte. “Creemos que es imperativo preservar la efectividad de esta clase de antimicrobianos si queremos proteger la salud de humanos y animales”, dijo Michael Taylor, integrante de la FDA.

La diversidad de los antibióticos no se lo merecía. Pero la resistencia bacteriana no se lleva bien con la farmacología. Ojalá que no se extingan las cefalosporinas, está claro que no nacieron para flor de un día.

2 comentarios:

  1. Muy buena nota. No solo me gusta tu estilo, sino la información en sí misma. Me quedé pensando en su uso en animales: sí, efectivamente se está creando una resistencia, aunque me pregunto (en el caso de animales de compañía) si no tendrá también que ver con el hecho de que muchos dueños de mascotas no terminan de darles el tratamiento a aquellas. He visto que a los dos días un animal se mejora enormemente, así que el completar los 8 días restantes ya "da flojera"...
    Sí, esperemos que no desaparezcan.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias! Son motivadores tus comentarios. Te confieso que no había reparado demasiado en el mal uso de los antibióticos en animales de compañia. Pero creo que siguiendo la logica que se observa en humanos, es casi seguro un mecanismo similar. No tengo muy en claro que dicen las estadisticas acerca del número de tratamientos mal instaurados en las mascotas. No se si vos tenés algunos datos. Lo tomo como tarea para el hogar y porque no materia prima para otro artículo. Saludos y muchas gracias por el comentario.

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