sábado, 4 de febrero de 2012

El tenista científico



Bitacora Suite.101: Artículos de otro espacio y tiempo para un mundo curvo y circular.

Es difícil imaginar una postal que refleje en una práctica en pretemporada a Toni Nadal, tío y entrenador del tenista español Rafael Nadal, dando instrucciones con el libro Philosophiae Naturalis Principia Matemática, del científico Isaac Newton, debajo del brazo.

Tampoco nunca se vio a Franco Davín, entrenador del tenista argentino Juan Martín Del Potro, invocar al físico Galileo cuando una pelota en movimiento parecía tener un destino irremediable de red.

Ahora bien, no todas las recomendaciones en el tenis tienen que ver con el: “No golpee la pelota tan fuerte”, el “concéntrese”, ni con el lapidario “practique más”. Muchas veces los tenistas se equivocan porque no siguen las leyes de la física.

Si la pelota llega cruzada debería volver cruzada


Un tiro recto al medio de la cancha brinda siempre un margen de seguridad importante, de hasta diez grados a la derecha y diez a la izquierda. Pero los jugadores, adictos a la adrenalina, no suelen contentarse con eso. Buscan que las pelotas caigan en las esquinas, o en la misma línea de base de su oponente y con esas decisiones es frecuente que los errores aparezcan exponencialmente.

Según comento Howard Brody, científico del departamento de física de la universidad de Pensilvania, aún así algunas equivocaciones, y el fastidio que genera por ejemplo ver como una pelota traspasa los márgenes laterales de la cancha, pueden ser evitados si se recuerda el precepto básico que dice que para jugar seguro, nunca se debe intentar cambiar el ángulo de trayectoria de la pelota.

Así, una pelota que viene cruzada, debería ser devuelta cruzada y si viene paralela debe volver paralela. La justificación de esta afirmación descansa en la física de la interacción pelota-raqueta.

Si no se cambia el ángulo de trayectoria, el impacto, ya sea furibundo o liviano, es siempre perpendicular a la cara de la raqueta en el momento del contacto. La pelota saldrá también en forma perpendicular con el rumbo deseado.

Por el contrario, el destino de aquellos que osan quebrar las leyes, va a depender fundamentalmente de la fuerza con la que tomen la raqueta momentos previos al golpe y de la velocidad de su swing. Una empuñadura débil o un swing demasiado lento pueden no cumplir con la ansiada perpendicularidad y significar un punto de partido en contra.

Revés con top spin y efecto Magnus


La geometría manda en los courts del planeta, ya que para que una pelota sea considerada buena debe atravesar una ventana imaginaria delimitada por dos ángulos. Uno menor, que le permite sortear la red y un ángulo mayor que no debe ser sobrepasado si se pretende que la pelota caiga antes de la línea de base.
Lograr que la pelota surque, velozmente, ese estrecho espacio y genere dificultades en el oponente, era una tarea difícil antes de que en la década de 1970 el tenista sueco Björn Borg y el argentino Guillermo Vilas popularizaran en el circuito el efecto topspin.

Según reflejaron algunos estudios, si una pelota incidente incrementa su velocidad, y por ejemplo pasa de 80 a 96 km/h, dicha ventana, se encoge en un 43 %. Si la pelota se golpea más duro y llega a una velocidad de 112 km/h la abertura puede llegar a tener un tercio del valor original.

El topspin actúa como una fuerza que arrastra la pelota hacia abajo y ayuda en su tarea a la gravedad. Se basa en el efecto Magnus, llamado así en honor al físico alemán Heinrich Magnus, quien determinó que la mayor o menor rotación de un objeto en el aire afecta a su trayectoria.

Un objeto que rota crea remolinos de aire a su alrededor. Sobre un lado del objeto, el movimiento del remolino tendrá similar sentido que la corriente a la que el objeto está expuesto. En dicho lado, la velocidad se incrementará. En el otro lado, el movimiento del remolino se produce en el sentido opuesto de la corriente de aire y la velocidad por ende se verá disminuida.

La presión en el aire también se verá disminuida a partir de la presión atmosférica en una cantidad proporcional al cuadrado de su velocidad. Entonces la presión será menor en un lado que en el otro. Esto causará una fuerza perpendicular a la dirección de la corriente de aire, que desplazará a la pelota de su trayectoria y la depositará dentro de los límites de la cancha.

Si selecciona un golpe plano y le imprime velocidad a la pelota, usted depositará todas sus esperanzas sólo en la ley de la gravedad, quien a su vez se verá sobrepasada y tendrá menos tiempo para bajarla al campo. Entonces si quiere jugar rápido adicione topspin a sus golpes.

Encordados

El tiempo de contacto entre pelota y raqueta es de aproximadamente 6 milisegundos. Para ese breve encuentro, su raqueta podrá lucir cuerdas más o menos tensas y de ello dependerá en gran medida la característica del disparo.

En una revisión publicada en el año 2006 en la revista British Journal of Sports Medicine, Stuart Miller, jefe de ciencia y tecnología de la Federación Internacional de Tenis comentó que un encordado con baja tensión le permitirá devolver una pelota con mayor velocidad pero siempre con menor control.

Según el científico, esto se explica debido a que la mayoría de la pérdida de energía, que se genera durante el contacto, reside en la pelota. Esta suele retornar, debido a su deformación, con el 50 por ciento de la energía previa al impacto.

Cuando chocan, tanto pelotas como cuerdas se deforman. Pero al reducir la tensión del encordado, las cuerdas se deforman más durante el golpe y la pelota mucho menos. Así, una mayor cantidad de energía puede ser almacenada en las cuerdas, se logran colisiones más eficientes y devoluciones misilísticas de mayor cantidad de energía

Galileo dijo alguna vez que "el libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático" y que sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas. Al menos en el capítulo tenis parece que no se equivocó.

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