sábado, 11 de agosto de 2012

Bebida Negra: un energizante para Cahokia




Cahokia configuró una pujante urbe precolombina situada en lo que hoy es Illinois, en los Estados Unidos de Norteamérica. Fue fundada en el siglo X a orillas del rió Mississippi y antes de ser tesoro arqueológico -además de patrimonio de la humanidad- supo albergar en sus montículos, plazas ceremoniales y lugares residenciales a más de 15000 habitantes. Creció rápido Cahokia, con el ritmo de una febril actividad comercial y una constante inmigración desde localidades vecinas, pero también con el sabor de la bebida negra en el paladar.

Temerario sería afirmar que una infusión con altas concentraciones de cafeína fue lo que les dio alas a sus habitantes. Pero allí donde había alguna actividad política, social o religiosa importante, estaba siempre presente el brebaje. No importaba demasiado que para su preparación se debieran traer hojas de algunos arbustos del Género Ilex, situados a más de 600 kilómetros de la región en dirección sur. Tampoco generaba gran problema el trabajo que demandaba tostar las hojas, hervirlas y servir la bebida resultante en vasos de cerámica, especialmente manufacturados para la ocasión. Si la reunión lo ameritaba, una ronda de bebida negra debía aparecer sin dilación.

Los más antiguos registros conocidos dieron cuenta del uso de esta bebida en el siglo XVI. Allí los primeros conquistadores que se acercaron desde el viejo mundo se encargaron de relatar cómo los indígenas norteamericanos se entregaban a esta pócima.  Lo que venía después no era otra cosa que sudoración profusa e incluso episodios de vómitos, claro en caso de haber sido ingerida en grandes cantidades.

Patricia Crown, una antropóloga de la universidad estadounidense de Nueva Mexico, publicó recientemente un trabajo de investigación en la revista científica PNAS. Allí detectó la presencia de residuos orgánicos de bebida negra en los poros de vasos de cerámica provenientes de Cahokia. Por medio de un detallado análisis químico la fórmula dejo de ser un secreto: los alcaloides cafeína y teobromina, así como también un compuesto denominado ácido ursólico, se confabulaban para generar los efectos observados.

Los vasos recolectados en Cahokia datan del siglo XI, cientos de años antes de la llegada de los europeos a tierras americanas. Cuentan los científicos que en el siglo XIII se terminó inexplicablemente y para siempre la luz en la otrora próspera Cahokia. A todos sus habitantes parece que se les cayeron las alas. No hubo nada que hacer, incluso a pesar de la copiosa ingesta de bebida negra. Todos apagados progresivamente agotaron su energía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario